Como todos sabemos los aviones favorecen mucho al efecto invernadero emitiendo a la atmósfera cuatro elementos que son los siguientes:
- Dióxido de carbono (CO2): son las más significantes y las más conocidas. Los efectos son a nivel global.
- Óxidos de nitógeno (NOx): crean ozono (O3), favoreciendo el calentamiento global y destruyen el metano (CH4, otro gas invernadero) que provoca el enfriamiento de la Tierra y no hay cabida a pensar a que una acción compensa la otra. Estos efectos son a nivel regional y local.
- Vapor de agua (H2O): son esa estela blanca que podemos apreciar muchas veces. Estas estelas se cree que tambien favorecen al efecto invernadero, aunque ni comparación con el CO2 o los NOx.
- Partículas: los aviones emiten además partículas de sulfato y hollín. Las partículas sulfatadas reflejan la radiación y propician el enfriamiento, por el contrario, el hollín favorece al calentamiento.
Una vez vistos los efectos tan negativos del transporte aéreo puede que nos lo debamos pensar dos veces la próxima vez que vayamos de fin de semana o de vacaciones a algún sitio. Una forma de contribuir a la causa sería, por ejemplo, en viajes provinciales y nacionales usar otros medios de transporte como el autobús o el tren, y si se puede el barco. Aunque estos medios también tienen emisiones no son comparables a las de la aviación y además cada vez se trabaja más en combustibles orgánicos, motores eléctricos, etc. para los medios de locomoción terrestres.
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